El Nuevo Circo

sábado, 21 de noviembre de 2009

Aún la historia se permite recordar la presencia de aquellos que ofrecieron sus vidas para alimentar la expectación de muchos deseosos de violencia.

“Panem et circenses”. Institución popular cuya trascendencia ha superado tiempos y espacios; institución latente en la contemporaneidad para que la gente se controle.


Diferencia es que aquellos de otrora eran víctimas de una condena, cuya pena sería batirse a muerte con un similar en todos los aspecto; hogaño, es el gladiador un contendiente voluntario en la búsqueda de la grandeza y la gloria.


Grandeza y gloria que se ha de obtener únicamente birlándola a quien la tiene ya, y dándole defensa ante posteriores agonistas en la querella de dicha guinda.


Grandeza y gloria, señoritas tan anheladas y por tan pocos conquistadas. Grandeza y gloria para ellos, grandes gladiadores, valientes contendientes, bizarros embatientes

El Iconoclasta


Y sí… Le doy la razón en que el boxeo (entre otras disciplinas) es el nuevo rostro del circo romano, en el que dos individuos se enfrentan violentamente con la intención de derribar al rival, y mucha gente se divierte con eso.

Lo que sea de cada quién, creo yo, el boxeo no es simplemente golpearse a lo animal; es otra manera de explotar la habilidad y resistencia humana, que si bien, no es para todo gusto, a quien logra apreciarlo, una buena pelea es un placer visual. Como la del sábado pasado entre Pacquiao y Cotto. Pacquiao es grande.

Rubén Meza

El instante

sábado, 14 de noviembre de 2009

Un fragmento de alguna especie de poema que escribí hace tiempo:

“Alguien es, sin duda, El Instante. Omnipresente. Un personaje en cada vocal que pronunciamos. Una vida es un conjunto de instantes. ¿Cuán distante es, entonces, el golpe de una gota al final del mundo, si ambas cosas suceden en un instante?”

Un divague, una reminiscencia, o una ocurrencia cualquiera. Qué sé yo. A veces, yo mismo me recuerdo a Miguelito a quien le da por reflexionar sobre cosas en extremo curiosas, como cuando encuentra el valor de tener espalda, pues sin la espalda, las personas no nos podríamos ir; o cuando Mafalda lo encuentra observando el cielo, tratando de saber si los ángeles pueden volar para atrás. De manera parecida, a veces se me ocurren cosas, cosas reales pero que nadie más que yo conozca se pone a reflexionar. En una de esas ocasiones, me dio por encontrar la importancia en la vida que tiene un instante.

El instante es un personaje que siempre nos acompaña. Me parece curioso el que ninguna civilización antigua lo haya instituido como un dios. Tlamazteocaltoni, u Oyeblikelig, podría haberse llamado el Dios Instante. Si ellos no, yo sí lo aúno a mi panteón. Y es que, pongámonos a pensar en todo lo que puede suceder de un momento a otro: Cualquier cosa. El instante no es otra cosa que la unidad mínima matemática de la vida, menor a cualquiera de tiempo, espacio o materia. Cada instante es para reflexionar, valorar todo lo que tenemos o tuvimos, todo lo que hayamos vivido; cada instante es una oportunidad o una maldición, todo sucede en un instante, y de cada quién depende lo que sucederá en el siguiente. A veces.

En un instante todo cambia, dije aquella vez. Y sí.

Rubén Meza

Cosas que dan gusto

martes, 3 de noviembre de 2009

Se estaba convirtiendo esta columna en únicamente “Reflexiones de un Garabato”, por lo que se decidió agregar un poquito de crónica. De igual manera desembocará en una reflexión, pero en base a un par de experiencias: La primera, un recital presentado por una orquesta típica argentina, lo cual consiste en una pequeña orquesta formada por instrumentistas folklóricos de tango, pero haciendo de tangos piezas renovadas, empapadas con un estilo propio; la segunda, una competencia entre dos jóvenes bandas surgidas de este rancho leonés, quienes demostraron sobre un escenario que realmente se puede hacer música sin la intención de participar en un enjambre de vendedores que les den dinero mientras les chupan la sangre hasta dejarlos secos y olvidados; dos agrupaciones jóvenes de rock, con bastante noción de música y de los instrumentos utilizados.

La música es, indudablemente, un lenguaje alternativo reconocible por cualquier ser humano, y hay quienes afirman que por cualquier ser vivo.

Actualmente, muchas personas se quejan de que no existen grupos buenos, que toda la música de unos años para acá es mala… Y bastaría asistir a uno de los dos eventos antes mencionados. Creo yo que la música siempre es buena, pero hay que saber distinguir entre la música construida por arte y la industria que depende de musiquitos. De acuerdo estoy en que unas décadas atrás aparecieron grandes bandas formadas por buenos músicos, que ganaron fama y respeto gracias a su talento, y que actualmente no se ven esa clase de agrupaciones en la cumbre del éxito, sino que a dicho pedestal llegan grupitos no necesariamente buenos músicos, sino que tienen carita u otras cualidades que fungen no como otra cosa sino la punta de un pesadísimo ariete mercadotécnico; sin embargo, mientras exista el ser humano, existirá la intención de imprimir talento en alguna de las artes conocidas, siendo la música la más popular. No hay que quejarse tanto de que en los grandes medios no aparecen tantos buenos músicos puros; más bien habría que reconocer a los verdaderos artistas, los cuales aparecerán por último lugar en una pantalla de televisión.

Rubén Meza

 
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